domingo, 25 de marzo de 2007

lunes, 19 de marzo de 2007

miércoles, 7 de marzo de 2007

Paz y Abolicionismo

1. Al igual que los seres humanos y a diferencia de las plantas, los animales no humanos son seres sintientes con capacidad para sufrir y disfrutar, seres con emociones e intereses (en vivir, en no sufrir, disfrutar del entorno, de sus crías, de sus relaciones sociales, etc.) que deben ser respetados.

2. Los animales que usamos y matamos (como comida, vestido, entretenimiento, experimentación) no son diferentes, en ningún sentido relevante, de aquellos animales con los que convivimos y amamos (perros, gatos, etc.)

3. Traer al mundo a miles de millones de animales con el propósito de explotarlos y matarlos (por su leche, huevos, carne, pieles, entretenimiento, experimentación, etc.) y luego preguntarnos por nuestras obligaciones morales hacia ellos, es cuanto menos irónico y merece ser objeto de debate y reflexión moral.

4. Es el conjunto de usos (comida, vestimenta, entretenimiento, experimentación, etc.) para los que criamos y matamos animales lo que genera el sufrimiento animal en primer lugar (es la raíz del problema). Por lo tanto, no acabaremos nunca con el sufrimiento animal si no somos capaces de cuestionarnos la propia esclavitud animal (animales convertidos en meras instrumentos al servicio del ser humano).

5. Comer productos animales (leche, huevos, carne, etc.) es placentero (no necesario), vestir pieles de animales es una mera cuestión estética (no de necesidad), la caza, la pesca, los circos, los zoológicos, los rodeos, las fiestas con animales, etc. son completamente innecesarios.

6. La experimentación animal se justifica únicamente por una cuestión de especie; son sintientes y tienen interés en no ser utilizados como instrumentos pero los usamos y matamos porque pertenecen a otra especie animal diferente a la nuestra. Nunca aprobaríamos que se utilizase involuntariamente a un humano, sea cual sea su grado de inteligencia, sea cual sea su capacidad para el lenguaje, etc. Sabemos que el humano es un ser sintiente y que su uso involuntario no sería éticamente defendible, aunque con ello se pudiesen salvar miles de millones de vidas humanas. Sin embargo, utilizamos seres sintientes para estos propósitos por el mero hecho de pertenecer a otra especie animal diferente a la nuestra. El especismo, no es diferente en su esencia a cualquier otra forma de discriminación arbitraria, como el sexismo, el racismo, la homofobia, etc.

7. Si luchamos contra la violencia humana y eso nos parece un principio ético defendible, luchar contra la violencia hacia los animales forma igualmente parte de una cultura de paz más amplia, que lanza un mensaje claro y coherente contra la violencia, sea quien sea la víctima susceptible de sufrirla. No podemos luchar por un mundo en paz y al mismo tiempo considerar éticamente defendible la masacre de miles de millones de animales en el mundo sólo porque nos gusta el sabor de su carne, leche, huevos o porque nos resulta atractiva su piel, etc. Dejar de consumir animales exige determinación y una posición moral que nada tiene que ver con el relativismo de conveniencia que mucha gente tiene hacia los animales.

8. Existen además argumentos de solidaridad social y argumentos ecológicos para dejar de usar a los animales.

9. Millones de personas en el mundo viven sin usar animales (ni como comida, ni vestido, ni entretenimiento, etc.). La cuestión no es por tanto ¿se puede? Sino ¿estamos dispuestos a hacerlo?

10. Esta declaración supone un reconocimiento moral al abolicionismo.

(Texto e imágenes: por Maria Luisa Arenzana / Declaración basada en la Teoría abolicionista del profesor Gary L. Francione).